sábado, 23 de mayo de 2020

Página en Blanco - Episodio V

[El audio del episodio V puede escucharse en el reproductor de la columna derecha de este blog].

 **Recomendación: para escuchar desde el celular deben descargar la app, la aplicación de Ivoox de su proveedor: Play Store o el que fuere. Y después accederán al episodio.  



Episodio V

Imagen creada a partir de una imagen realizada por un amigo de la escritora.

 

¡Llegamos al quinto episodio de Página en Blanco!

Y como la idea es crecer en cada oportunidad que sea posible, ahora tenemos una nueva colaboradora en el programa. Su nombre es Silvia Medina.

En este episodio presentamos un breve resumen de las diferentes formas que los escritores, con quienes pudimos charlar, dan a conocer sus materiales. Y sobre posibles causas de por qué se arriesgan a ir más allá que la simple publicación.

Presentamos ahora ya como parte del programa Página en Blanco, el poema de la autora uruguaya Susana Nascente Sandoval: Página en Blanco, que nos obsequió para el programa. Y como prometimos, estará, de una u otra forma, en los episodios que vienen. En esta oportunidad leído completamente por la autora.

También podemos escuchar en este episodio textos de Jacqueline Sellan Bodín, leídos por su autora.

En el espacio “Charlando con el escritor que está frente a la página en blanco” volvemos a compartir el espacio con la escritora chilena Jacqueline Sellan Bodin. En esta oportunidad, entre otras cosas, nos habla sobre su novela “Mariposas Feroces”… Pero también le preguntamos sobre sus otras creaciones y su proceso creativo, pues escribe cuentos y poesía. Profundiza en este tema que nos parece muy importante pues tiene que ver con nuestra propuesta.

En este episodio Jacqueline Sellan Bodín nos brinda la primicia de compartir uno de sus poemas inéditos. 

 Un mal día (Cuentos escritos bajo la lluvia)

Presentación de Mariposas Feroces

Mariposas Feroces (Compartimos unos párrafos)


<<Su abuelo había llegado de Alemania el invierno después de la guerra, huyendo como tantos otros que se refugiaron en Sudamérica, al amparo de la ignorancia y de las derechas.

Había sido un colono respetado y amasado una pequeña fortuna de la que él era heredero, así como del nombre.

Con dos hijos ya mayores, un hombre y una mujer, se esforzaba por inculcarles los valores que le dejara su abuelo, junto con la tierra: la superioridad de la raza aria sobre las demás razas, la superioridad del hombre sobre la mujer.

El hijo, rubio y ancho de hombros, se llamaba Hans, igual que su padre, aunque no había heredado su violenta disciplina ni su gusto por la caza. Gilda, la hija, con un sobrepeso que borraba en parte sus encantos arios, tenía en ocasiones un destellos fugaz de odio en sus ojos azules, lo que hacia que se pareciera durante un chispazo a los de su padre. Se sentía decepcionado de sus hijos. Especialmente de Hans. Gilda al fin y al cabo sólo era una mujer; le pertenecía, como la tierra, como el ganado como le hubiera pertenecido su esposa aria si aún viviera.

Trasladó su voluminoso cuerpo ario a lo largo de los surcos cubiertos de paja seca para resguardarlos de la helada. Todos los vecinos lo envidiaban por su tierra bien cuidada, sus vacas gordas y su blanca y rubicunda figura. Todos esos indiajos acomplejados y rastreros. Y flojos. Porque eran unos flojos que querían que la tierra produzca por milagros.

Desde que llegaron acá, su abuelo junto con otros alemanes, se casaban entre sí; ¡no se iban a mezclar con los nativos! Así fue siempre en la colonia.>>

 Los invitamos a “suscribirse” al programa y los esperamos en el próximo episodio con otra propuesta más de Página en Blanco


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